Quiénes Somos

La actual Delegación PADRE XIFRÉ es un Organismo de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, más conocidos como Misioneros Claretianos, por ser San Antonio María Claret su fundador.

La Congregación Claretiana fue fundada el 16 de julio 1849 en Vich-Barcelona, España, por San Antonio María Claret con otros compañeros que compartían el mismo espíritu evangelizador que él. Entre estos compañeros estaba José XIFRÉ, cuyo nombre lleva nuestra Delegación actual, compuesta por los países Gabón y Guinea Ecuatorial.

Nuestro Organismo tiene una larga historia que empieza desde 1883, cuando llegaron al Golfo de Guinea por vez primera 12 Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, enviados por el entonces Superior General el Padre José Xifré y Musach. La primera expedición llegó concretamente a Santa Isabel, hoy Malabo, aquel 13 de noviembre de 1883 y estaba compuesta de 6 presbíteros y 6 hermanos.

Desde entonces la historia de la Congregación Claretiana se ha ido consolidando en África. En efecto, desde la misión claretiana de Guinea Ecuatorial saldrán Misioneros para fundar en Nigeria, Camerún y Gabón. Lo que quiere decir que las misiones de Guinea Ecuatorial constituyen la cuna de la evangelización de los Claretianos en África.

Los Misioneros Claretianos llegaron a Gabón procedentes de Guinea Ecuatorial en diciembre de 1974.
La llamada hoy Delegación PADRE XIFRÉ es la fusión que se hizo el 16 de julio de 2018 entre la antigua Delegación de Guinea Ecuatorial y la Misión generalicia de Gabón.

Nuestra Delegación está compuesta actualmente de cerca de 70 Misioneros de 11 nacionalidades, que viven la interculturalidad en 16 comunidades religiosas: 10 en Guinea Ecuatorial y 6 en Gabón.

Nuestro sueño es el de toda nuestra Congregación: somos oyentes y servidores de la Palabra de Dios, al estilo de los Apóstoles. Queremos ser una Congregación arraigada en Cristo y audaces en la misión de la evangelización, en camino sinodal, solidarios con los más necesitados y en misión compartida con todos los que buscan que Dios sea Conocido, Amado, Servido y Alabado por todos. Desde el Inmaculado Corazón de María sabemos que sin corazón, sin ternura, sin amor, no hay misión creíble.